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UNA EXPERIENCIA SHAMANICA CON LA YAYA AYAHUASCA

MI PRIMER CONTACTO CON "YAYA" AYAHUASCA

(Sesión Iª)

Estimados colisteros de CHAMANISMO ESENCIAL. A la vuelta de mi primer, y hasta la fecha único viaje a Perú, en el pasado mes de Septiembre, me inscribí en esta lista. Ahora lo que pretendo es compartir la experiencia que tuve en este seminario realizado en el lodge Corto Maltés, un lugar situado en plena selva en la orilla del Rio Madre de Dios, a ½ hora en barca de Puerto Maldonado, con una duración de 7 días y en el que realicé un total de 3 sesiones de Ayahuasca.

Pienso que por cada sesión podría escribir tomos y tomos acerca de las sensaciones experimentadas. Trataré de ser lo más breve posible, hablando de lo más significativo. En mi primera sesión, la Ayahuasca me tomó literalmente en sus brazos (mi consciencia estaba fuera de mi cuerpo) y no me soltó hasta que se aseguró de que el trabajo que debía hacer en mi, quedaba hecho. Nada más empezar la mareación, un ser que parecía un dibujo animado o caricatura, divertido y burlón, se dirigía a mi diciéndome que me iba a "arrancar" la mente, mientras con una especie de sierra me la cortaba y se la llevaba. Este ser, con mi mente en su mano, me decía, entre irónico y burlón, que si quería volver a tener la mente que me la colocaba y me desafiaba a actuar sin mi propia mente para ver como me desenvolvía sin ella. Sentía que sin la mente estaba desorientado por lo que este "muñeco" se burlaba diciéndome que me decidiera si la quería o no. -(Aclaro que una de mis intenciones para este sesión y para el seminario en general, era el apaciguamiento de mi diálogo mental, y ¡vaya que si!, la Yaya Ayahuasca me lo apaciguó con generosidad, lo que ocurre que el sistema que empleó para enseñarme no fue precisamente el de silenciar mi mente.

ESTUVE TODA LA NOCHE HABLANDO SIN PARAR. A veces hablando en un "idioma" que para nada entendía, desde luego que no era ningún idioma extraño, sino PURA CACOFONIA. Esto para una persona como yo que no suele hablar mucho, es chocante. Pero así es como tomé conciencia de mi ruido mental)--. Momentos largos había en los que me partía a carcajada limpia cuando veía los enormes "rulos" que andaban por mi mente; me reía de la estupidez y de lo limitada que es la mente; me colapsaba de risa y me pasaba, no sé cuanto tiempo, viendo cómo los libros, TODOS LOS LIBROS escritos por el hombre, eran contracultura, un atentado contra la evolución humana, quiero decir que NINGUN libro se aproximaba a la experiencia del contacto íntimo con el Corazón, del contacto con el Espíritu. Así es.

Después de un extenso y detallado recorrido por mi mente y sus "creaciones", cuando ya me cansé, rendido, mi Corazón reventó en un llanto de intensa alegría-dolor-amargura-desolación. Este momento fue indescriptible. Había perdido mi propia identidad, se había disuelto mi ego, lo único que sabía es que yo era un Corazón. "Me han quitado los pensamientos", "me han quitado la mente", "no se quién soy", repetía una y otra vez. Sabía que mi nombre, mi DNI, mi profesión, son apenas cosas que me han sido prestadas para estar por aquí, sólo una "identidad" que me permitía caminar por esta tierra. Más en ese momento supe que no soy mi historia personal. A partir de esta mi apertura de Corazón, empecé a saber que NO SABIA NADA, que era un mero aprendiz e ignorante de todo. Esta visión fue un magnífico varapalo para "mi" soberbia e importancia personal. Yo que me creía suficiente en todo y ante todos, estaba ahí postrado, comiendo el polvo de la humildad.

Extrañamente, a la par de tener esa conciencia de NO SABER NADA, sentía con claridad que lo SABIA TODO. Es como si ambos conceptos fueran relativos, siendo lo mismo, tan solo separados por ¿la soberbia?. A partir de esto, estuve el resto de la sesión "trabajando" con la relatividad de los opuestos, de la dualidad. El "si" y el "no"; lo "bueno" y lo "malo"; "arriba" y "abajo", desde la óptica de mi corazón eran LOS MISMO, sin distinción: todo podía ser a la vez "si" y "no", "bueno" y "malo", etc.. Desde la cabeza cuesta comprenderlo, pero aquí lo veía con toda claridad.

Al final de la sesión, me encontraba con una visión nueva, renovada. Aunque en la noche estaban las mismas estrellas; en la maloca mis compañeros de sesión eran los mismos; en mis manos los dedos también eran los de antes, sin embargo yo lo veía de otra manera. Todo me parecía apasionadamente nuevo, me sentía como un niño que acaba de nacer, y en cierto modo así fue, porque cuando explotó mi Corazón lo experimenté como un re-nacimiento con la sensación de haber pasado a través de un útero, de un Útero Cósmico. El caso es que me sentía muy vulnerable, solo quería jugar inocentemente, con la mente totalmente limpia y con la sensación de que tenía todo por aprender. A pesar de estar toda la noche sin dormir, estaba tan fresco, expectante de cualquier ruido o movimiento, pues todo me parecía deliciosamente nuevo y no me lo quería perder. Nada más por el momento. Más adelante compartiré la experiencia de mi segunda sesión. Gracias a todos por estar ahí. Un abrazo grande. Juanjo

(Sesión IIª)

Queridos amigos de CHAMANISMO ESENCIAL, aquí comparto la segunda sesión de Ayahuasca.

En esta sesión la subida de la Ayahuasca fue un tanto difícil, porque  al recibirla tenía ciertas resistencias ya que la experiencia de la sesión anterior fue muy  intensa y a mi mente la apetecía vivir esta sesión desde la barrera, es decir controlando la experiencia y por ello se hacía la remolona. Al recibir  la toma me encontraba algo tenso.

Al poco de la toma, me entró un amago de pánico. Un compañero me ayudó a respirar para entrar en la mareación. Fue un momento difícil porque uno tiene la necesidad de huir, de salirse de los efectos de la Yaya, pero ¿a dónde ir, si uno no puede huir de si mismo?. Evidentemente a la mente no le gustaba nada ceder su protagonismo.

Al fin, una vez agarré el vuelo, la misma Serpiente de la sesión anterior se me mostró como guía del tour que la Yaya me tenía preparada para esta ocasión. Esta serpiente, de forma muy suave e insinuante pero insistente, sin dejar espacio a otras opciones "más cómodas", me decía que estuviera tranquilo que iban a hacer algunos ajustes en mi mente para proyectarme la película que me iban a ofrecer hoy.

La lentitud con la que se desarrollaba todo me exasperaba, porque esta serpiente se movía lenta, lentísima, y mi impaciencia iba en aumento. Ella me insistía que estuviera tranquilo que ya quedaba muy poquito para acabar con los ajustes que eran necesarios. Después de estos ajustes, a esta serpiente la veo enroscada en un arbol. Me vino esta imagen, muy vívida, del tópico que ya conocemos, por el que se representa el pecado original.

--------->Hago un paréntesis para  aclarar que no pertenezco a ninguna creencia religiosa y que del asunto del pecado original tengo mi propia opinión que no tiene que ver con la de la religión judeo-cristiana. Agrego que mi sentimiento hacia la serpiente como ser vivo, hasta antes de experimentar con la Ayahuasca, era de cierta repugnancia, con sus atributos de misteriosa y aspecto insondable, su misma evocación me inquietaba. Más tarde me enteré de que el símbolo de la Yaya es precisamente el de una serpiente con dos cabezas o dos serpientes con una sola cabeza, no recuerdo muy bien. Cuando compartí la experiencia con el grupo, el chamán me habló del significado de la serpiente, que más adelante contaré, aspecto muy relacionado con la experiencia de esta sesión propiamente dicha.<------------.

La Serpiente me dijo que el árbol al que estaba enroscado era el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, mientras, yo sentía cómo viniendo desde arriba penetraba en ese árbol por la copa. Esta acción era inevitable, dada la enorme persuasión que la Serpiente ejercía, por lo que no podía resistirme. Tenía la certeza de que la Serpiente era la representación de mi mente e inmediatamente asocié serpiente=a mente. Después de esto, en una carrera frenética de imágenes, esta Serpiente me
llevaba una y otra
vez al borde de un precipicio. Aquí sentí bastante miedo, ya que me debatía en un arriesgado equilibrio;  andaba constantemente al lado de un abismo en el que abajo sólo había vacio. La persuasión de la Serpiente, era cada más y más fuerte ante lo que dejé de resistirme, momento en el cual vi que no pasaba nada diferente y que como en una especie de rulo veía la misma imagen y no pasaba nada más: no salía del borde del abismo, pero tampoco me caía.

Así estuve la mayor parte de la sesión, pues esta fue la tónica más sobresaliente y casi general. Tenía conciencia clara de que toda esta película de miedo que vivía es parte del funcionamiento de mi mente.

Todo esto reforzó mi mala impresión acerca de las serpientes, lo que  me confirmaba lo que antes sospechaba: su cualidad dañina.

Pues bien, al día siguiente al compartir, el chamán me dijo que la serpiente como símbolo es dual,  su lengua bífida representa esa misma dualidad: el Corazón y  la Mente. "Nuestra vida puede seguir un rumbo distinto de acuerdo a lo que elijamos", me dijo, "depende de nosotros, no de otros", sentenció.

Tal como transcurrió la sesión, esta explicación me supo a gloria bendita, me alivió un montonazo. Aquí integré completamente a la Serpiente, a la simbólica y al ser vivo que habita en esta tierra, al punto que ahora les tengo mucha confianza y cariño a estos animales y hacia sus parientes, los reptiles. También me colmó de satisfacción, saber que tengo el poder de elegir qué serpiente influya en mi vida: la intelectual o la corazónica o tal vez una combinación equilibrada de ambas.

Al final de la sesión, lo que más me apetecía era la de ayudar, de la forma que fuera, a mis compañeros de sala; opté por hacerlo en silencio, enviándoles luz.

Fin de la 2ª sesión. Mucha Luz, Paz y Amor para todos, mis compañeros del alma.

(Sesión IIIª)

Saludos amigos colisteros de CHAMANISMO ESENCIAL. Esta es la tercera entrega que corresponde a la tercera sesión del seminario, que coincide con mi tercera experiencia con la Yayita.

Esta sesión, creo que fue la más intensa de las tres. Hubo un factor muy importante que fue que, bajo los efectos de la Yaya  coincidió con que en día y hora yo encarné, a miles de kilómetros de dónde en ese momento estaba, en un  pequeño pueblo de la prov. de Burgos (España), hacía justo 46 años.

El vuelo comenzó de forma muy suave, pues en esta ocasión, después de mentalizarme, estaba mucho más confiado. Digamos que en la sesión hubo dos partes muy claramente diferenciadas: en la primera se estableció un proceso de muerte  y en la segunda parte, otro de regeneración.

Efectivamente, nada más sentir los efectos de la Ayahuasca se me presenta una voz, cuya imagen no llegué nunca a ver, diciéndome que "me iban a llevar"; ¿llevar a dónde?, me preguntaba yo. Todo me parecía una broma, un juego, pues es así como se me presentaba esta VOZ. Al principio me hablaba de soslayo, pero poco a poco esta voz se iba haciendo más firme, insistiéndome nuevamente que "me iban a llevar" e iba sintiendo que me iba a morir irremisiblemente, pues entendía que la decisión de la VOZ era inapelable y que no podía escaparme aún a pesar de mis resistencias y mis regateos por evitar la muerte. La VOZ  insistía que no había vuelta atrás. Intentaba que algunos de mis compañeros de sesión  me ayudaran pero la VOZ me decía que ninguno de ellos me escucharía. Yo insistía en que si no podía llamar a uno podría hacerlo con otro, con la esperanza de que alguien pudiera escuchar mi llamada de auxilio, a  lo que la VOZ de forma gentil me dijo: "es inútil que llames a nadie pues estás completamente solo". Era cierto, sentí que estaba solo.

En esta parte del proceso sentí mucho miedo, pues no podía imaginar dejar a mi familia y a mis amigos. Hubo momentos muy difíciles. Uno de estos momentos fue cuando la VOZ me dijo que iban a secuestrar a mi mujer e hijos y los iban a matar. Este fue tal vez el momento más duro y que me causó más angustia. ¡ESTABAN CHANTAJEANDOME CON LO QUE MÁS QUIERO!. Tal era el grado de presión para que yo accediera al mandato de la Voz, que ya se me presentaba como un colectivo, pues ésta hablaba en nombre de ELLOS. (No llegué a reconocer quienes eran ELLOS, porque me encontraba angustiado y no reparé en observar o preguntar).

Tuve momentos intercalados a lo largo de este proceso, en los que me encontraba en un espacio de VACIO total. Allí no había nada ni nadie. Nuevamente apareció el miedo: gritara o hiciera lo que hiciera nadie me escuchaba. Sentía angustia por el temor a quedarme allí pillado por la eternidad y digo eternidad porque allí no había nada, ni tiempo ni espacio. La estancia aquí me inquietaba mucho.

De repente en la sala de la maloca aparecieron olas grises cuya naturaleza no podría definir. Con los ojos a duras penas abiertos, veía cómo estas olas avanzaban hacia mi y de ellas se oían voces que me invitaban a irme con ellas. De entre las olas salían seres deformes de diversos tipos muchos de ellos eran de color verdoso fosforito y pegajosos. Estos entes, por llamarlos de alguna manera, se movían muy lentamente encima de mi cabeza y alrededor de mi cuerpo para cerciorarse de que no me perdía detalle. El espectáculo era realmente vomitivo. La visión era lo más parecido a lo que podría entenderse como el Infierno. Además sentía movimientos de personas dentro de la sala (compañeros) que iban y venían en lo que yo pensaba era un complot para aniquilarme. "Veía" como se hablaban unos y otros al oído y yo creyendo que estaban hablando de la estrategia que seguirían para llevar a cabo su plan. Más angustia. ¡Quería salir corriendo!, pero no podía ir a ninguna parte, mi cuerpo estaba muy pesado, no podía moverlo. También recordé que de mi no podía huir. En un intento desesperado quería llamar al Chamán para que me ayudara a salir de este rulo, ¡NO PODIA ARTICULAR PALABRA!,  la VOZ nuevamente me recuerda que estoy solo. La VOZ por fin me dice muy dulcemente: "¿no has venido a celebrar tu cumpleaños?",  "si, desde luego y me hacia mucha ilusión que mi cumpleaños coincidiera con la toma de la Ayahuasca", respondí, ¡pues si quieres nacer, antes has de morir!, sentenció la VOZ. Entendí que esta era una ley inmutable que no estaba en mis manos rebatir. Sin embargo yo solo pretendía que me cantaran cumpleaños feliz y soplar las velas, eso de tener que morirme para mi era demasiado.

La suerte estaba echada y la aceptación de mi propia muerte era ya fruta madura, así es que me vi corriendo a una velocidad increíble a despedirme de familiares, de amigos, porque mi muerte ya era un hecho. Inmediatamente me vi dentro de un ataúd de madera negro nacarado brillante, se le veía lujoso desde luego. Yo con mi aspecto actual, iba vestido con un traje de color negro, camisa blanca, en fin lo que se llama ir vestido de tiros largos. El ataúd estaba al descubierto e iba acompañado a cada lado, por seres que me guiaban en esta transición. Una vez consumada mi muerte, mis resistencias se esfumaron, me relajé y pude asistir a mi propio funeral con profunda calma y respeto.

Como si de una pesadilla saliera, al acabar de ver mi propia muerte, vi cómo desde lo alto y del centro de la maloca salía un poderoso pilar de luz, del que salían destellos y ráfagas de luz inundando toda la sala. Aquí logré articular palabra y decir en alto que cada uno de nosotros tomáramos esta LUZ, como regalo bendito para nuestra propia sanación. Esta LUZ tenía VIDA, COLOR y MOVIMIENTO. El espectáculo era indescriptible. A partir de este momento comenzó mi proceso de regeneración. Durante el resto de la noche no me separé de esta LUZ que compartí con todos mis compañeros de sala, especialmente con aquellos que, por su proceso, más lo podían necesitar. Lo hice en silencio, sabiendo que mi función era la de puro receptor/transmisor. Me sentía profundamente humilde y bendecido.  

Esta LUZ trabajó en todos mi chakras, uno por uno, y con todo mi campo de energía. Los colores eran superintensos y nítidos y salían por delante y por detrás de cada chakra. La LUZ hizo un trabajo muy especial en el chakra Base. La LUZ hizo que mi mano derecha fuera  directamente a estechakra (zona del perineo) e hizo una operación creando una especie de tubo por la cual el semen pasaba directamente (no sé exactamente desde qué punto), hasta la base de mi columna, morada de la Kundalini, la Serpiente enroscada. Esta empezó a moverse muy lentamente columna vertebral arriba, hasta salir por el coronario y ahí se mantuvo erguida, majestuosa. La emoción y la alegría que sentía eran intensísimas. Me sentía muy poderoso, confiado y seguro. Esta Serpiente (una Boa),  tenía una corona con 12 plumas doradas alrededor de su cabeza.  Añado que, al poner mi mano derecha por segunda vez en el perineo pude "ver" que en esa zona había una vagina y un útero energéticos.

No tengo palabras con las que pueda describir, ni por aproximación, las sensaciones que pude vivir en esta parte de la experiencia. Me pareció sublime. Me encontraba muy magnetizado y consciente del momento que estaba viviendo. Sentía muchísima fuerza. En fin, no sé cómo describir todo esto de mejor manera.

La guinda a este bendito regalo la puso el Chamán cuando se puso frente a mi y me cantó un precioso Ícaro de cumpleaños, que conservaré en mi alma por siempre.

Hasta aquí la experiencia con la Ayahuasca propiamente dicha. Sin embargo quiero aportar algunas cosas más que puedan ampliar algo más el encuentro con la Yaya:

Por un lado decir que tras la experiencia con la Yaya, existe un antes y un después.

Que el acercamiento a la Yaya ha de ser en una actitud de sincero mejoramiento. Si te diriges a Ella con  profundo respeto y entrega, Ella se entrega  a ti sin reservas. En mi caso las experiencias que tuve fueron como fueron, pero son muy  personales. Por lo que reportaron otros compañeros del grupo, cada experiencia es muy  personal y distinta y dentro de cada uno, en cada sesión la experiencia es diferente. Cada uno comprende después con el tiempo, que todo se ha desarrollado de forma perfecta. Me consta que la Yaya Ayahuasca es una Planta Maestra, en el sentido más amplio.

Que lo que se llama el "setting", bajo la dirección de un experimentado Chamán que sepa lo que hace, es realmente esencial. Es por esto que quiero desde aquí dar las gracias por el magnífico entorno paradisíaco en dónde se celebró el seminario,  y a las personas que me cuidaron.